jueves, 13 de septiembre de 2018

Ganesha, la luna, y nuestras intenciones


Escribe Melina D., profesora de Yoga en Ganesha · Centro de Bienestar.

GANESH CHATURTHI

Hoy comienza en India la celebración ‘Ganesh Chaturthi’, un festival que rinde culto al dios Ganesha.

Este año 2018, la fecha de inicio de esta festividad se sitúa justo cuatro días después desde el inicio de la luna nueva de este pasado 9 de Septiembre, de ahí el término ‘Chaturthi’, que hace referencia a esta fase lunar.

De este modo, cada año ‘Ganesh Chaturthi’  va moviéndose por nuestro calendario gregoriano en función del mes hindú Bhaadrapada, que comprende para nosotros desde el 23 de agosto al 22 de septiembre.

Este festival dura generalmente diez días, y a lo largo de ellos se venera la imagen y el simbolismo de Ganesha a través de ceremonias rituales, oraciones y ofrendas.

El último día y como culminación de los festejos, todas las imágenes o figuras de esta deidad que han sido adoradas, se sumergen en el mar o río, se dice que como simbolismo de limpieza y liberación de todos los obstáculos que pudieran sufrir sus devotos.

LUNAS


La luna nueva representa un inicio de ciclo, un nuevo período para sembrar nuestras más profundas y sinceras intenciones, aquellas sobre las que trabajaremos en pos de nuestra evolución espiritual, del despertar de nuestra conciencia.

Este ciclo lunar se da cuando dicho satélite en cuestión se sitúa entre la Tierra y el Sol, con lo cual su cara luminosa no puede ser vista desde nuestro planeta. De ahí que no seamos capaces de distinguirla en el cielo durante los días que dura su fase (7, aproximadamente). Es en esa oscuridad donde algo nuevo se prepara para surgir. Como la oscuridad bajo la tierra, donde comienza la siembra y la gestación de las semillas.

La luna creciente nos mueve  a trabajar con entrega sobre esas intenciones sembradas durante la luna nueva. Compromiso y ACCIÓN, pueden ser dos palabras que resuenen con la energía de este ciclo lunar.

La luna llena, por su parte, es manifestación. Se encuentra en su fase cúlmine trayéndonos luz y claridad, y un extra de creatividad y energía. Es el momento de trabajar tenazmente en pos de nuestra intención, para manifestarla: ver crecer los frutos de la semilla sembrada durante la luna nueva.

GANESHA


El atributo más sabido de esta deidad con cabeza de elefante es su capacidad para remover los obstáculos que se presentan a lo largo del camino de la evolución interior. Es por esto que se suele implorar su gracia al embarcarse en cualquier propósito en el que se desee tener éxito.

No es simple coincidencia que la veneración de una imagen como la de Ganesha se inicie en un período de luna nueva, atraviese la fase de luna creciente para concluir muy cerca de la luna llena; no lo es teniendo en cuenta el paralelismo entre su simbolismo y el de las fases lunares.

Podemos aprovechar entonces este período para trabajar honestamente sobre nuestras intenciones*, aprovechando la energía de la luna que nos predispone mental y emocionalmente para ello.

Y abrigando en nuestro corazón la dulce alegoría de esta deidad, como recordatorio de las virtudes ya disponible que yacen dentro de nosotras/os y que hemos de potenciar: la perseverancia y la confianza en una misma, como fundamentos de nuestro trabajo interior.

*(Ver entrada en el blog sobre Sankalpa & la fuerza de la intención: https://bienestarcuerpoymente.blogspot.com/2018/09/sankalpa-la-fuerza-de-la-intencion.html)

Sankalpa & la fuerza de la intención



Escribe Melina D., profesora de Yoga en Ganesha · Centro de Bienestar.

‘Sankalpa’ es una de esas palabras que, cuando descubrí su significado, su eco resonó en mí. Supe que sería una de las herramientas que, siempre a mi alcance, apoyaría mi trabajo personal con las intenciones.

¿Qué es ‘Sankalpa’?

Su origen es sánscrito (lengua clásica de la India) y a fin de traducir su significado podemos esbozar términos como: determinación, intención, decisión, resolución, decreto… y un extenso etcétera.

Tengo más afinidad con uno de ellos: INTENCIÓN.

¿Qué es una intención?

El gran psicólogo y maestro Wayne W. Dyer, en su libro “El poder de la Intención”, define la Intención de la siguiente forma:

“Imagínate una fuerza que está en todas partes. No hay sitio alguno en el que no esté. No se puede dividir y está presente en todo cuánto ves y tocas. Extiende tu conciencia de este campo infinito de energía hasta más allá del mundo de la forma y los límites. Esta infinita fuerza invisible está en todos lados, tanto en lo físico como en lo no físico. Tu cuerpo físico forma parte de la totalidad que emana de esa energía. En el momento de la concepción, la intención pone en marcha la forma física que adoptarás y el desarrollo del proceso de crecimiento y de envejecimiento. También pone en marcha los aspectos no físicos, como las emociones, los pensamientos y la forma de ser. En este caso, la intención es el potencial infinito que activa tu aparición física y no física sobre la tierra.”

Él se refiere a la INTENCIÓN como una fuerza omnipresente de la cual emana todo, incluidos nosotros. Esta definición nos trae un mensaje tácito que nos invita a creer que todos estamos aquí con un propósito. El propósito, la INTENCIÓN es la fuerza que nos ha traído hasta aquí, desde y para la cual nuestra vida y nuestra forma se han manifestado.

¿Cómo manifestar mi Intención?

 Empezar por declararla. Luego trabajarla.

El primer paso para concretar nuestras intenciones, es hacernos conocedores de nuestras necesidades más profundas, como seres en constantes procesos de cambios, internos y externos.

Cuando hemos  de averiguar lo que nuestra alma necesita para evolucionar, sabremos definir con honestidad nuestras intenciones sobre las cuales vamos a TRABAJAR.

De hecho, ese conocimiento profundo de nosotrx mismxs será, en los momentos de mayor oscuridad, el faro que iluminará nuestro camino hacia la manifestación de nuestra intención.

EL TRABAJO

Como diría la astróloga María Pineda, “los sueños no se cumplen, se trabajan”

Vuelvo a citar textualmente la obra de Dyer, y en esta ocasión para mencionar los cuatro pasos que él establece en el camino hacia nuestra intención:

1.       LA DISCIPLINA.

Entrenar al cuerpo para que actúe como lo desean tus pensamientos. Para eso, eliminar la identificación del ego no significa desconectarte de la relación con tu cuerpo, sino entrenarlo para activar esos deseos. Se consigue con práctica, ejercicio, hábitos saludables, comida sana, etcétera.



2.       LA SABIDURÍA.

La sabiduría combinada con la disciplina fomenta tu capacidad para centrarte y tener paciencia a medida que armonizas tus pensamientos, tu intelecto y tus sentimientos con el trabajo de tu cuerpo.



3.       EL AMOR.

 Tras disciplinar el cuerpo con la sabiduría y estudiar intelectualmente una tarea, este proceso de maestría supone amar lo que haces y hacer lo que amas.

En este punto, el autor quizá nos quiera transmitir la necesidad de que nuestra intención esté alineada con las necesidades profundas del alma, que supongan un trabajo de mejora interna para encauzar nuestras acciones hacia nuestro Dharma (aquello que nos hace únicos, y que por tanto hemos venido a compartir con el mundo).

4.       LA ENTREGA.

Ese es el lugar de la Intención. Aquí es donde tu cuerpo y tu mente no llevan la batuta y te aproximas a la (energía de la) Intención. (…) Te relajas (…) y te dejas llevar por la misma fuerza que transforma las bellotas en árboles, las flores en frutos y unos puntitos microscópicos en seres humanos. (…) Cuando te entregas, te iluminas y puedes consultar a tu alma infinita. Entonces puedes acceder a la fuerza de la intención, que te llevará a donde crees que estás destinado a llegar.

Confiar. En que esa vinculación de nuestra Intención con nuestro Dharma, estará siendo respaldada por la misma Intención universal que ha creado todo cuando nos rodea.


NO SABEMOS SI EL CAMINO SERÁ FÁCIL.

PERO LA RECOMPENSA SERÁ GRANDE.

En definitiva, el trabajo con las intenciones también va de la mano con un trabajo de auto-sinceramiento, auto-conocimiento, y auto-compromiso. Es un trabajo dedicación y paciencia. El propio aprendizaje siempre será el más gratificante logro.