Escribe Melina D. / Profesora de Yoga
Todos somos únicos, sin excepción. Aunque reconozcamos
rasgos, tangibles e intangibles que forman parte de nuestra idiosincrasia
compartida, cada cual emana un perfume único e inconfundible.
Podemos inclinarnos hacia ciertos referentes que nos nutran,
nos enseñen y nos inspiren. Pero más importante aún es, desde mi propio
criterio, dejar que la propia voz se exprese. Sólo así aquello que hagamos
llevará impreso un sello propio, único, incomparable e irrepetible, y será por
ende GENUINO.
Ser auténtico es reconocer y honrar tu propia valía, y
paradójicamente, en el momento en que empiezas a reconocerte como un ser
auténtico, te abres a descubrir y potenciar tus capacidades creativas innatas.
Aceptar tu autenticidad es evocar a la fuente inagotable de
creatividad, disponible siempre para ti; es darle permiso para que fluya hacia
todos los ámbitos de tu vida, siendo tu aliciente y a la vez tu soporte para
que sigas dando más de ti al mundo, confiando que lo que das tiene un valor
incalculable, puesto que brota del corazón.
Desde luego, habrá quienes se sientan atraídos y endulzados
por tu perfume. Y habrá quienes no. Pero
lo más bonito es saber que aquello que hagamos o demos desde una fidelidad
profunda hacia nuestras capacidades llevará implícito un éxito personal, que es
habernos mantenido honestos con nosotros mismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario