Escribe Mery Meryem,
Profesora de Danza Oriental y Danza Infantil en Ganesha Centro de Bienestar
La danza oriental es un medio idóneo para propiciar la
unidad entre el cuerpo y el espíritu, y como vía de exaltación de la parte
femenina.
Es aquí donde reside
su diferencia respecto a otras danzas, y de donde radica su simbolismo como
máxima expresión de la divinidad femenina.
v Características
de la danza:
La danza oriental está basada en la idea de continuidad, de
fluidez. Es por ello que predominan los movimientos suaves y ondulatorios,
combinados con vibraciones cortas y rápidas o bien más grandes y marcadas. Es
un baile en el que participa todo el cuerpo, aunque la mayor parte del
movimiento se localiza en las caderas, los músculos abdominales y la pelvis. Se
basa en la disociación de movimientos,
aprendiendo a aislar las distintas partes del cuerpo para crear distintas
figuras y ritmos, que más tarde pueden ser combinados para construir diversas
composiciones.
Los brazos y las
manos son un elemento vital en esta danza a través de
estos podemos transmitir diversos mensajes y reflejar distintas
emociones.
La danza oriental desarrolla las posibilidades
expresivas del cuerpo, de manera sutil y suave; no venciéndolo, sino pidiéndole
su colaboración, lo cual genera un sentimiento de satisfacción y
equilibrio.
v Beneficios
de la danza oriental
Muchos son los beneficios que se atribuyen a la práctica de
este tipo de danza, tanto en el plano
físico como en el mental.
--Postura básica
saludable: la postura que se adopta para bailar la danza oriental estira
y relaja la tensión de la espalda y fortalece sus músculos, por lo que su práctica de manera habitual evita padecer
problemas de espalda. Esta postura es muy natural y saludable para
todas las partes del cuerpo, por lo que permite practicar la danza sea cual sea
la edad.
--Beneficios
cardiovasculares: los movimientos rápidos, como la vibración de caderas,
favorecen el sistema cardiovascular, mejoran
la circulación y quema calorías. La danza oriental combina ejercicios
aislados con desplazamientos en el espacio, variando la velocidad y el ritmo,
lo que se traduce en un ejercicio aeróbico sin esfuerzos bruscos, aliviando la
rigidez y el dolor de las articulaciones, por lo que es un método ideal para
mejorar la forma física de manera suave y divertida.
--Trabajo muscular
específico: al practicar la danza oriental se estiran y fortalecen simultáneamente grupos musculares opuestos. Se
tonifican todos los músculos de los brazos, incluida la parte inferior de los
mismos, aumenta la flexibilidad de los hombros y reducen la rigidez de la parte
superior de la espalda. El abdomen se fortalece y la columna vertebral aumenta
su fuerza y flexibilidad. Se fortalece la musculatura y se moldea la figura sin
esfuerzos bruscos, por lo que está indicada para cualquier persona, sea cual
sea su edad y condiciones físicas.
--Aislamiento
muscular: Mientras se mueve una serie de músculos, los demás grupos
musculares permanecen en reposo. Esta técnica no solo permite trabajar
intensivamente una serie de músculos específicos, fortaleciéndolos y
tonificándolos, sino que también dirige toda su atención sobre la parte del
cuerpo que se encuentra en movimiento. Así mismo permite el desbloqueo, la fluidez, la coordinación y
la eliminación de los conocidos nudos de tensión.
--Activación de
órganos internos: en los orígenes de la danza oriental, las mujeres aprendían
técnicas de ondulación del vientre como preparación para el parto. Este trabajo mejora el tránsito
intestinal y reduce los dolores menstruales.
--Control de peso y conformidad
con el cuerpo: no solo porque la danza quema calorías, sino también porque
activa el metabolismo. Así mismo,
cambia la imagen de una misma y se toma conciencia de la feminidad, reflejándose
en la postura y en el lenguaje corporal.
--Relajación y
reducción del estrés: la danza oriental relaja tanto la mente como el
cuerpo porque requiere relajación y concentración, como una meditación en movimiento.
--Terapia mental: al
entrar en contacto con el cuerpo, a partir de las manifestaciones de expresión
corporal, se produce un desbloqueo
psicológico, que contribuye al despertar del amor propio. Es por ello que su práctica regular ayuda con el
tiempo a vencer inhibiciones y a aceptar nuestro cuerpo tal y como es.
--Íntima conexión
entre el cuerpo y la mente: una situación de perfecto equilibrio.
La danza oriental permite conectar con el propio cuerpo y desarrollar las
posibilidades expresivas de la persona. En el caso de la mujer, esta danza le
acerca a tomar conciencia de su feminidad
y fuerza. Manifiesta un profundo sentimiento de comunicación interior a
través de la música y el movimiento, del que resulta un encuentro que la
bailarina tiene con los demás, pero sobre todo, consigo misma.
--Logro personal: El
cuerpo agradece nuevos desafíos físicos y reacciona fortaleciéndose, al mismo
tiempo la mente se activa y genera una actitud de superación y optimismo.
--Ayuda a mejorar la
comunicación: el bailar con otros, o el sólo hecho de compartir un espacio
donde se utilice este lenguaje corporal, hace que nos desinhibamos y creemos lazos con nuestros compañeros,
muy diferentes a los que se crean fuera de ese ámbito.
En resumen, esta danza no sólo nos reporta los beneficios
antes descritos, tan significativos para el cuerpo y la mente, también es una terapia
para el alma, una invitación a redescubrirnos como mujeres y a crear un vínculo
más sólido con nosotras mismas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario